Si algo podemos adjudicar al 2020 es la capacidad con la que la realidad superó con creces a cualquier mínima expectativa. Desafortunadamente, el surgimiento del coronavirus y la expansión del mismo al llegar a escalar el grado de pandemia, provocó que el organismo internacional, creado en el año 1975 con el propósito de promover el turismo, corrigiera su previsión en marzo. Lejos de crecimiento, esta vez los números hablaban de pérdidas: en el mejor de los escenarios, el registro indicaba una caída estimada de hasta el 58% del turismo internacional respecto al año anterior.
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Turismo 2020: Expectativas VS. Realidad
Con el diario del lunes sabemos que esa proyección resultó incluso más negativa. Según el Barómetro OMT del Turismo Mundial del mes de octubre, las llegadas internacionales cayeron un 81% en julio y un 79% en agosto, precisamente los meses que suelen ser los de mayor movimiento del año y coinciden con el verano y la temporada alta en el hemisferio Norte. En efecto, el desplome registrado hasta el mes de agosto equivalía a 700 millones menos de llegadas en comparación con el mismo periodo de 2019. Dicho escenario se traduce en una pérdida de 730.000 millones de dólares de los EE.UU. en ingresos de exportación procedentes del turismo internacional.
Según indican especialistas, lo acontecido en este 2020 configura una pérdida que multiplica por diez la experimentada en el año 2009, durante la crisis económica y financiera mundial. El “Informe de políticas: La COVID-19 y la transformación del turismo” realizado por Naciones Unidas expresa: “Al cerrarse las fronteras y los hoteles y reducirse drásticamente los viajes en avión, en los cinco primeros meses de 2020 las llegadas de turistas internacionales disminuyeron un 56 % y se perdieron 320.000 millones de dólares en exportaciones del turismo, más del triple de lo que se perdió durante la crisis económica mundial de 2009”.
Frente a esto, la Organización Mundial del Turismo sostiene que la demanda de viajes sigue en gran medida reprimida por la constante incertidumbre sobre la pandemia y la falta de confianza: “según las últimas tendencias, se prevé una caída global cercana al 70% para el conjunto de 2020”. Si se mantiene esta tendencia, la OMT estima que el año se cerrará con una caída de 1.000 millones de turistas respecto a 2019, retrocediendo así a niveles de 1990.
¿Qué depara el 2021 respecto a la recuperación (o no) del turismo?
Al respecto, las impresiones expresadas por el Grupo de Expertos de la OMT adhieren que podría iniciarse la recuperación de la demanda internacional sobre todo en 2021. Según los expertos de todo el mundo que integran el Grupo, la demanda interna se recuperaría más deprisa que la demanda internacional. Lo cual, indudablemente, lleva a preguntarnos cómo estamos como empresa dentro del rubro turismo respecto a este escenario. ¿Estás moviéndote en función de esta proyección? ¿Qué está haciendo tu hotel/empresa/servicio turístico para captar a estos posibles clientes?
Desde luego, seguro embarcarse a la acción sigue siendo aún todo un desafío para tu empresa, el turismo todavía identifica retos considerables. Si bien países de todo el mundo están implementando numerosas medidas para impulsar la recuperación del turismo interno, existe un peso mayor que inclina la balanza en contra de la reactivación de la actividad: el desconocimiento en cuanto a la duración de la pandemia y las restricciones de viaje que puedan surgir de imprevisto de acuerdo a la situación epidemiológica y la incertidumbre acerca de las fechas de inicio de vacunación y su respectivo efecto en la población.
Asia y el Pacífico, la primera región en sufrir las consecuencias de la pandemia y la que, hasta el momento, aún continúa con el mayor nivel de restricciones a los viajes, registró una disminución del 82% en llegadas durante los primeros diez meses de 2020. La caída del turismo internacional en Oriente Medio fue del 73%, mientras que en África la bajada fue del 69%. En el caso de Europa y América, las llegadas se redujeron en un 68%.
En el caso de Uruguay, el desafío es exponencial: muchos de sus principales destinos reciben en promedio gran mayoría de turismo internacional. Como ser, aproximadamente un 70% de los turistas de Punta del Este suelen ser extranjeros. La decisión de llevar al nivel más alto las restricciones sanitarias con la prohibición de ingreso de turistas al país implica, para cualquier empresa que se beneficiaba de esto, repensar nuevas oportunidades de negocio en pos de garantizar su continuidad y perdurabilidad de cara al próximo año.
Como consecuencia de un contexto sanitario de mayor avance epidemiológico en la región, los uruguayos han recurrido a los viajes internos para el corto y mediano plazo con los más cautivantes escenarios naturales: las Termas del Dayman (Salto), las Sierras de Minas, Colonia, entre otros. Esto es traducido en el incremento de consultas por diferentes servicios turísticos: por ejemplo las consultas de uruguayos por alquileres locales de temporada crecieron un 30% en comparación con años anteriores.
Esto no es solo una tendencia local, el resto de los países en el mundo ha adoptado la misma intención: gracias a la promoción estratégica que los diferentes organismos turísticos gubernamentales han implementado de cara a reforzar la difusión y/o a la seguridad que despierta el permanecer en el país por cualquier eventualidad que pueda surgir (quizás todos aún recordamos con mucha angustia las imágenes de turistas en el mundo pidiendo por repatriaciones).
Yendo a ejemplos regionales, en el caso de Argentina, el 82% de la población admite querer contribuir en la recuperación de la industria turística nacional. Precisamente, un 70% quiere ver cómo el dinero es reinvertido en la comunidad local. En una encuesta realizada por Booking, el 55% de los brasileros expresó la intención de visitar un nuevo destino en la región donde vive. Incluso, con mayor detalle, los viajeros brasileños están buscando lugares cercanos para ir en automóvil como medio de transporte más seguro y personal.
Fuera de lo que implica Sudamérica, en España el 74% de la distancia total recorrida por los españoles en los últimos meses fue dentro de España. Muchos de ellos han redescubierto el encanto de su país, y los destinos costeros tradicionales de España han experimentado un aumento relativo.
En el caso de Japón, país que no presenta restricciones a la movilidad interna aunque sí ha determinado límites para viajes al extranjero, ha diseñado iniciativas de cara al fomento del turismo nacional. Con la intención de evitar el desplome del sector, el Gobierno japonés ha lanzado, entre otras propuestas, un programa por el cual se subvenciona hasta un 30% de los gastos de hotel. Es decir, cuando los japoneses hacen check in reciben cheques para hacer gastos en restaurantes y tiendas de souvenirs.
Al mismo tiempo, como la pandemia registró un impacto negativo en el consumo, el Gobierno propició una ayuda para elevar la renta disponible de las familias, con 100.000 yenes por persona (casi 800 euros). Desde la Oficina Española de Turismo (OET) de Tokio comprobaron que hasta el verano los japoneses habían destinado el 24% de sus salarios al ahorro.
¿Cómo tu empresa debe actuar para acomodarse a este escenario?
Hay algo que es clave para entender cómo tu actitud como empresa puede ser funcional y determinante en el mientras tanto: pese a las restricciones, las personas no piensan en dejar de viajar. Un ejemplo que demuestra el fenómeno que despertará la vuelta de los viajes: un 99% de viajeros mexicanos encuestados señalaron que, para pasar el rato en esta cuarentena, dedican o dedicarán tiempo a buscar sugerencias e inspirarse a visitar un lugar turístico. ¿Te reconocés enfocado exclusivamente en la crisis actual o te estás preparando para el rebote y aumento de la demanda cuando la cuarentena termine o aparezca la vacuna?
Por un lado, si tuviéramos que describir vistas panorámicas de lo que hoy acontece, no hay dudas de que el Covid-19 dejará grandes consecuencias financieras en el sector turístico. Así mismo, también otra certeza indica que cuando los hoteles, importantes actores dentro de la cadena de valor turística, puedan reabrir, se reactivará primero la demanda local y nacional. Entonces, ¿cómo haría tu empresa para llevar este proceso de la mejor manera posible y salir ileso de las circunstancias?
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